Carta a un hermano

Los estados de avance los da la Kelu. Como esto es un testimonio de fuerza para Luis Arturo, creo que es adecuado mostrarle una carta que le escribí mientras iva en el avión en su busqueda:
Luis Arturo, se me ocurrió escribirte para decirte lo que nunca te he dicho, pero espero que siempre lo hayas sabido. Es verdad que uno le da valor a las cosas (y a las personas) cuando las pierde o está cercano a hacerlo, en mi caso es lo mismo. Te quiero decir que es un honor ser tu hermano, eres un hombre bueno y cariñoso, querido por todos y de muchos reales buenos amigos (y hoy en día eso es extraño de encontrar). Te pido perdón si te hice sufrir (cuando eras chico) con mis gritos y malos tratos, pero si todo eso ayudó en algo a formarte en lo que eres hoy, lo volvería a hacer sin dudarlo. Si lo anterior no sirvió de nada, lo evitaría a toda costa. Estoy rezando por ti, también estoy rezando por mi, para pedir fuerzar para afirmar a todos los que te necesitan y esperan que tu tengas la fuerza para volver, hasta ese momento, yo te ayudaré con esa pega, pero solo hasta ese momento.
Es raro lo que siento, tengo miedo, pero también tengo fe, estoy seguro que te pondrás bien, porque Dios te quiere y te acompañará hasta traerte de vuelta y después también.
Me despido repitiendote algo, eres una muy buena persona, inteligente y cariñoso, con una hermosa familia que te espera, por ellos debes tener fuerza.
Cuanta conmigo para TODO y SIEMPRE, recuerda eso, y finalmente, te quiero mucho (esto es lo espero que siempre hayas sabido).
Tu hermano Juan Pablo.
PD. hoy al leer esta carta, me doy cuenta que no solo es válida para Luis Arturo, al cual estuve a punto de perder, sino que para el resto de mis hermanos también, Maru y Mati; para mis cuñados, Lucho, Kelu, Francisco, Sebastian, Lorena y Paulina; para mis sobrinos, para mis papás, suegros y todos aquellos a los que quiero, y que nunca se los he dicho. No quiero perder la oportunidad de decirselos hoy, ya que algo inesperado puede pasar, y no me gustaría perder a alguien y que no sepa que realmente lo quiero.